La artista japonesa Hiroko Igeta crea muñecas articuladas que inicialmente sorprenden por su encantadora postura y sus combinaciones, pero que finalmente resaltan la forma humana como arte perceptible.. Nació en Tokio en 1967, Igeta ha perfeccionado sus habilidades escultóricas como muñecas desde 1986. Sus muñecas tienen extremidades móviles..
Igeta retrata personas reales a través de su ojo artístico., ya sea capturando su imagen sin permiso o mediante trabajos privados encargados. Este paso adelante sobre las líneas de consentimiento y privacidad hace que algunos críticos consideren sus esculturas “inquietantes”. La violación íntima y el desamparo que evocan sus muñecas desencadenan angustia instintiva..
Sin embargo, cuando se considera únicamente como escultura, La destreza técnica de Igeta parece innegable. cada arruga, La hebra y el poro reciben una atención magistral., amplificado por sutiles matices azules que imitan las venas debajo de la piel. No se puede negar el tiempo impresionante, El esfuerzo y la capacidad de observación detrás del realismo logrado en cada obra de pequeño marco., ya sea éticamente sólido o no.
Igeta obliga a examinar dónde se encuentran los límites artísticos cuando se trata de réplicas de escultura y fotografía. Su serie de muñecas seguramente incomoda – pero, ¿la capacidad de capturar tan tangiblemente la esencia humana hace que su visión sea genial o invasiva?? A medida que se aceleran las conversaciones sobre la ética del arte de la IA, El trabajo de Igeta demuestra que los temas son más actuales que nunca.
